Cuando llegué a la residencia fue un poco duro el cambio de casa a una ciudad nueva, pero enseguida me sentí acogido y ahora somos como una familia, con sus más y sus menos. Ya llevo dos años en la resi y entre todos hacemos que sea mejor.
En mi primer año de carrera estuve viviendo en un piso. El segundo año decidí venir a vivir a la Residencia Agustiniana, y fue tan buena experiencia que estoy viviendo aquí también mi tercer año.
El año que pasé en la Residencia Agustiniana fue muy bueno. El trato de las personas que trabajan en el centro era muy cercano y ayudaban en todo lo que pedía. Un ambiente muy cálido que se echa de menos ahora que estoy viviendo en un piso. Sin duda repetiría esa experiencia tal cual fue
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